Siempre me encantó ese lugar tan tuyo, tan mío, tan nuestro. Tal vez te preguntarás de que lugar te hablo... Es que no sé cómo describirtelo.
A ver, podría ser así: Me gusta cuándo en invierno, toco tus brazos y escucho suavemente: "¿Tenés frío?, tenes las manos frías". También cuándo me miras fijo mientras caminamos, vos con tu cabeza inclinada, con tu sonrisa tan luz, y ese silencio tuyo en medio de tantas palabras mías...
Es difícil decirlo por acá, no sé, y si me pongo a pensar mucho no se me ocurren tantas cosas, pero de repente te siento y vuelven todas tus sensaciones juntas. Algo así cómo magia, cómo cuándo te convertiste en papel de calcar y sentiste todos mis latidos, todos mis latidos tuyos. Y así millones de cosas, millones de mundos, sólo vos y yo, cómo quiero que sea siempre.
Si pudiera transformarme en un sello, marcaría toda mi memoria con tus átomos.
Escribir es un sutil modo de no cargar con tantas cosas sola, es cómo un "me pasa a mí, pero toma, te comparto un poco de mi mierda y de mis alegrías". Me gustó darme cuenta de eso, y con ésta razón y porque me gusta expresarme, acá estoy con un nuevo espacio dónde les voy a mostrar un poco más allá de lo que se ve. Bienvenidos a mi mundo
miércoles, 4 de febrero de 2015
4/02/2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario