miércoles, 4 de febrero de 2015

4/02/2015

Siempre me encantó ese lugar tan tuyo, tan mío, tan nuestro. Tal vez te preguntarás de que lugar te hablo... Es que no sé cómo describirtelo.
A ver, podría ser así: Me gusta cuándo en invierno, toco tus brazos y escucho suavemente: "¿Tenés frío?, tenes las manos frías". También cuándo me miras fijo mientras caminamos, vos con tu cabeza inclinada, con tu sonrisa tan luz, y ese silencio tuyo en medio de tantas palabras mías...
Es difícil decirlo por acá, no sé, y si me pongo a pensar mucho no se me ocurren tantas cosas, pero de repente te siento y vuelven todas tus sensaciones juntas. Algo así cómo magia, cómo cuándo te convertiste en papel de calcar y sentiste todos mis latidos, todos mis latidos tuyos. Y así millones de cosas, millones de mundos, sólo vos y yo, cómo quiero que sea siempre.
Si pudiera transformarme en un sello, marcaría toda mi memoria con tus átomos.

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