viernes, 9 de octubre de 2015

Reflejo

Revuelvo un cajón viejo. 
Hay cartas y un millón de letras. 
Un día me gustaría agarrar un libro y, cómo un rompecabezas, desarmarlo y volverlo a armar para que exprese cosas totalmente distintas. 
Lo mismo con tus mil palabras plasmadas por todo mi universo, que a vos tanto te gustan y a mí tanto me enojan. 
A vos te gustan para mí, y a mí no me gustan para mí. 
Siempre para "mí". 
Siempre yo. 
La cuestión siempre soy yo entre nosotros dos. 
A veces dudo que seamos dos, capaz somos la simple transformación de un sólo ser. Tal vez yo sea vos dentro de un tiempo, y vos fuiste yo en algún otro tiempo. Y tal vez nos hayamos encontrado para Re-conocernos el alma. 
Quizá somos dos espejos enfrentados. 

sábado, 19 de septiembre de 2015

19/09/2015

Hace frío 
Estás quieto, inmerso en un túnel vacío y desconocido. 
Quiero abrazarte y decirte que todo está bien. 
Pero no quiero mentirte. 
Hay cosas que no sé. 
O no quiero saber. 
Lloras y lloro. 
Nos separa un sueño qué, dentro de todo, nos protege. 
Somos lo que creamos. 
Dos figuritas de un rompecabezas del cuál perdimos la mitad de las piezas. 
Elijo quererte aunque estemos desarmados. 

lunes, 7 de septiembre de 2015

23:12 de hoy

Recorro el cielo de algodón mientras piso las nubes y de repente me pincho los pies. 
No son nubes, son nubarrones negros y ásperos.  
Me da miedo. 
Tengo miedo de lo que sueño pero me gusta soñarlo. 
Camino lento con temor pero no quiero temer más. 
Me castigo.
Me duele.
Me duele que no pueda soñarte libremente. 
Me susurras desde alguna parte que siga corriendo pero no puedo. 
Me pincha cada vez más. 
La tormenta es un poco más negra. 
La noche no me gusta. 
Aparece tu voz y me calmo. 
Me calmo y me detengo a mirar el paisaje. 
Se corre una nube.
Llueve. 
Calma. 
Por un momento sonrío. 
No duran nada mis sonrisas. 
Son descartables, siempre. 
Todo lo lindo se vuelve descartable. 
Te quiero igual. 
Con miedo. 
Te sueño igual. 
Con miedo.
Pasó la lluvia por encima de las nubes.
El sol se asoma y vos. 
Y vos estás asomándote también. 
Te veo. 
te veo y te sonrío de nuevo.
Ya no dejas que las cosas lindas sean descartables. 
Ya no. 

domingo, 30 de agosto de 2015

Tiempo real

¿Qué definimos por "ya"?, ¿Qué determina que "Ya" significa "ahora"?
¿Qué entendemos por rapidez?, ¿Rapidez significa hoy?, ¿mañana?, ¿Pasado?. 
La era digital nos desconfiguro el pedacito de cerebro que mueve el tiempo. 
Hoy en día, en el mundo virtual, que es el que más manejamos, el concepto de "ya" se trata de absolutamente una milésima de segundo. 
Pero tenemos que comprender qué el tiempo humano es muy distinto al tiempo digital. Es difícil quitar el chip de lo inmediato para ponernos el de los tiempos reales.
Debemos acostumbrarnos a que esta dualidad de "demoras" es distinta y ser conscientes para qué esto no nos lastime y abandonemos todo por no saber esperar.
Aprendamos a amar los tiempos reales y el proceso humano natural. 

domingo, 16 de agosto de 2015

Ahora, Shakespeare

Ahora, Shakespeare.  
No se si escribirlo con mayúscula, con negrita o con mayúscula-negrita-cursiva-subrayado. Suena fuerte, si. 
Mis dos años anteriores en los que estudie teatro nunca me sentí tan poderosa, ¿o tan débil?. Quizás ningún nombre me resultaba tan pesado cómo William. Y ni hablemos si le ponemos el apellido. 
Mi profesora nos dijo que William debe ser nuestro amigo, que debemos bajarlo del pedestal. (¿O subirnos?). 
La miré extraño. 
¿Cómo bajo a la bestia de las nubes sin romperme todos los huesos, sin morirme, sin llorar?.  
Se lo debería haber preguntado pero no me animé, iba a quedar cómo la que piensa demasiado todo, que en realidad es verdad. 
Había que leer y elegir un monólogo. 
Elegí Ser o no ser, creo que fue mi inconsciente. Después de todo, así es, acá sos o no sos, acá elegís ponerte a la altura del monstruo gigante o te subís vos a la altura de él, si no, no hay chances. 
Entonces, elijo sumarte a los enormes qué me trataron tan bien: Tennessee (qué tal vez sean familiares), Miller, Chèjov... Y otros tantos...
 Vení, Willy, hacete amigo, recordemos aquel tiempo en el que observabas los teatros y escribías mientras cuidabas carretas en la calle, vamos a cantar tus monólogos juntos.  

domingo, 26 de julio de 2015

Aquí


Aquí, en éste sitio, amé la vida. 
Está en mis planes quedarme para contemplarla aún más, para descubrir más vida dentro de ésta misma. 
Buscar y explorar, sin ponerle fin a mis expectativas, ni a mis sueños, ni a lo que me causa placer... Porque creo, de eso se trata. 
Sumergirme en las profundidades de la tristeza y la soledad, para conocer, para disfrutar más de lo bueno que se nos regala. 
Permitirme siempre una lágrima, para agradecer las alegrías con sinceridad. 
Y Si viene algo amargo, atravesarlo, con un tatuaje imborrable: "todo pasa"... Y sacar por lo menos, una minúscula partícula de algo positivo para el aprendizaje diario. 
Escribir para el alma, para acariciar los sentidos y desahogarnos de cualquier niebla interior. 
Leer para crear mundos perfectos dentro de nuestro ser, para tener lugares bellos dónde refugiarnos si nos toca algún domingo de tristezas... 
Respirar mirando el inmenso cielo, amando cada una de las estrellas, abrigandonos con los rayos del sol, y contemplando la luz de la hermosa luna, para ser un poco más felices. 
Ser libres, hacer lo que sentimos, volar alto y soñar por más imposible que parezca. Todo es absolutamente posible si así lo creemos.
Aquí, en ésta vida, amé la vida. 
Y aquí me quedo, hasta que se termine. 

domingo, 19 de julio de 2015

No sé

El no saber que escribir genera malestar. Me pasa ahora. Siento que mi mente no está bien, ni para escribir, ni para no hacerlo. 
Si escribo es sobre no saber qué quiero escribir, y si no escribo nada, exploto. 
Pero... ¿Por qué no exploto si no estoy plasmando lo que me hace explotar?, ¿o si?, ¿O simplemente lo que me incomoda es la incomodidad que me genera quedarme sin palabras? 
En fin. Sin saber por qué, terminé escribiendo sobre no escribir. 
Se siente mejor. 
Del pozo mental nacen cosas.  

martes, 14 de julio de 2015

Martes 14 de Julio

Mis ojos miran más lindo si el foco está de intermediario entre mi mirada y lo que quiero capturar; quiero decir, entre medio. Cómo si mis pupilas le contarán un secreto a la cámara y la cámara, de repente, en tan sólo un instante, pariera una emoción. 

sábado, 27 de junio de 2015

27.06/21pm

Bajo la tierra.
 Lluvia torrencial. 
El vagón es viejo y sombrío.
 Me acomodé y dejé que el sonido podrido de las ruedas retumbe en mi cerebro, un rato, sin pausa. 

Destino. 

Él estaba sentado contra una pared, vaya uno a saber en qué vida se encontraba. 
Y esa vida que nadie sabe y que nadie puede ver, me sembró una duda de vivencia, existencia y densidad. 
Su piel negra, moribunda, con destellos fríos: lo primero que vi. 
El trapo negro cubriendo perfectamente su espalda y la cabeza, prolijo, cómo si su madre lo hubiese tapado para no pasar frío. 
Posición de indio, un tarrito al lado de sus pies. Adentro del tarrito un pedazo de palo santo finito y apagado. 
Sus manos juntas, haciendo el gesto de rezo.
 Ningún movimiento. 
Sólo, quieto, frío, en otra dimensión. 
El tiempo parece pasar en frente de su existencia, y una burbuja parece dibujarse a su alrededor.  
Por un instante me cuelo en su mente. 
La primer palabra que se me cruza: Nirvana. Estado supremo de felicidad plena que alcanza el alma y que consiste en la incorporación del individuo a la esencia divina y ausencia total de dolor y deseos. 
Una especie de Siddhartha callejero perdido en medio de la cuidad de la furia, precisamente, sumergido en las profundidades de la tierra. 
Lo fotografío perfectamente, detalle por detalle con mi máxima visión. 
Sigo camino. 
Un sabor amargo me recorre. 
Me quedo con una magnífica pregunta instalada: Si él está viviendo en el mismo plano que todos los que nos detenemos a apreciar su inevitable e invisible existencia... 


miércoles, 17 de junio de 2015

Lenguaje

Casi siempre termino usándote para pintar algunas letras que formen frases, o intentos de frases. 
Sos bueno para estar acá, siempre metido en medio de sílabas, hiatos, diptongos, sujetos y predicados. 
También terminas siendo la oración más difícil de analizar, o la palabra más jodida para separar en sílabas. 
Pero me gusta que seas cada letra que dibujo, me gusta que te eternices en mi cuaderno, encerrado en cualquier palabra al azar, porque puedo estar escribiendo sobre el cielo, pero siempre vas a ser la luna o alguna constelación, siempre vas a estar sumergido en algún rincón de mis pensamientos plasmados. 
Te escribo aunque no te escriba, te pienso aunque no lo busque. 
Te pasa por ser mi lenguaje favorito. 

martes, 16 de junio de 2015

Tus otros vos

Cosquilla en el alma: Te veo en tu faceta irreal, la qué mostras un rato, la misma que dejas en el mismo instante en el que te sacas el disfraz. 
Y me hace eterna verte brillar, cómo si todo tu amor recorriera mi cuerpo, aunque no seas, aunque te llamen por otro nombre, aunque nada de ese vos quede en tu geografía. 
Pero en éste otro te encuentro tan real, que sin querer se te escapan las gotitas de tu esencia por un agujero del antifaz, y ahí las capto sin preguntar. 
Te descubro al instante, hay cosas que no me podes ocultar. 

lunes, 25 de mayo de 2015

25/05

Un rozagante espejo me muestra el reflejo 
Azul cómo el cielo qué, en realidad, hoy es gris. 
observo con una calma casi inhumana porque lo único que espero es esperarte un poco más. 
Esas nubes tan blancas, inertes, cómo el espejo que se tuerce para poder verte.  
Y la majestuosa cornisa que veo por la rendija del cristal, que nos lee con prisa el poema ya escrito. 
Dejo de mirar. 
Atravieso el mural. 


martes, 12 de mayo de 2015

Su jardín

 
Emma Levantó la primer hojita de su jardín. La primera que había desprendido su árbol favorito. 
Apenas comenzaba el otoño, y aunque a ella mucho no le gustaba ver a sus árboles libres de hojas, éste año no le afectó cómo los anteriores. 

Es una mujer alta y bella, de ojos celestes y tez muy blanca. Ama de casa, sin hijos y con una profunda admiración por la vida. 
Esa mañana, particularmente, se sentía contenta. No existía ningún suceso en específico que la haga sentir así, pero se le notaba en la cara un brillo especial. 

Anoche llegó un vecino nuevo, y al parecer, era muy buen mozo. 

Se quedó un rato regando sus plantas y mirando cómo la segunda, tercera, cuarta y todas las hojas se empezaban a desprender. No le afectó en lo más mínimo. 
Cuándo terminó, se cambió y salió a la calle. Quería comprar algo de comida, ya le había agarrado hambre. 
Bajó las escaleras, abrió la puerta y estaba él. Golpe al corazón. 

Hola, qué tal? -murmuró el hombre alto, canoso y flaco- 
buen día y bienvenido. -Respondió Emma- 
De repente se dio cuenta que se había quedado tildada mirando al señor. 
Salió caminando rápido por la vergüenza y entró de nuevo a su casa. 

George se mudó porque en su pueblito ya no quedaba trabajo. La mayoría de sus conocidos para los que trabajaba se habían muerto. Vivía en un lugar pequeño y en malas condiciones.
Su mamá murió hace unas semanas, y con la plata que le dejo debajo del colchón cómo herencia, lo ayudó a poder mudarse a Culis, el pequeño gran pueblo dónde todos quieren vivir alguna vez en su vida. 
Es jardinero, desde pequeño, su padre le enseñó a podar árboles, a plantar y a cuidar el jardín de su casa. Con el tiempo se dio cuenta de que era su vocación y estudio jardinería. 
Se puso muy orgulloso cuándo se recibió y desde ahí empezó a trabajar sin parar para todos sus vecinos. 
Lo querían mucho, aunque decían que era un poco extraño. 
Después de cinco años de trabajo constante, George se despidió de su gente y su pueblo. 
Culis lo esperaba, cómo soñaba hace ya varios meses. 

Al verla tildada frente a el, se le aceleró el corazón al instante, cómo un flechazo. Los ojos color cielo de Emma se habían clavado en la mente como dos cuchillos filosos. Nunca había sentido algo parecido, hasta ese momento. 

Esa noche, en el pueblo se hacia una reunión popular, en el galpón de don Jacinto, el señor más antiguo de Culis. Era un lugar enorme, siempre el ponía el galpón y su mujer cocinaba rico para pasar la linda noche. Era tradicional esta fiesta y se ponían todos muy contentos cuándo se acercaba la fecha. 

Emma no sabia como acercarse a él para invitarlo a la reunión, pero su deseo de tenerlo un poco más cerca la invadían. 
Después de veinte minutos meditando todas las posibilidades, se puso perfume y fue derechito a la casa de su vecino. 

Timbre 1, timbre 2, timbre 3... Tocó el 3 sin dudarlo ni un poco. 
- quién es? - se escuchó por el portero. Una voz ronca, de recién despierto. 
- Hola ... Soy Emma, la vecina de enfrente, no quiero sonar atrevida, pero hoy hacemos la reunión anual y quería invitarlo a usted, así de paso conoce a todos - 
- le agradezco la invitación, pero no se si podré asistir, cualquier cosa le aviso. 
No contestó más. 
Emma se quedó atónita por el misterio del señor, y cabizbaja caminó de nuevo a su casa. 

Empezó a vestirse, probó la mitad de su placard entre algunas caras de tristeza y algunos pensamientos llenos de incertidumbre. ¿quién es, y qué pasa con  éste hombre? Se dijo en voz alta, preocupada. 

George prendió la hornalla y lleno la pava. Siempre tomaba un té de jengibre antes de dormir, decía que le hacía bien al alma. 
Meditó la idea de asistir al evento, pero sus pasiones de entre casa lo fascinaban. Su libro de turno, su té y sus escritos interminables. Amaba escribir. 
Pensó mucho en ella también, en sus ojos, en su voz, aunque la escuchó un poco distorsionada por el portero. 
Por un momento le dieron ganas de vestirse e ir corriendo al... ¿A dónde? Ella no había terminado de decirle donde se reunían, porque su negación fue tan rápida que ni la terminó de escuchar.
Intentó correr todos esos pensamientos de la mente y se puso a leer. 

En Culis amanece temprano. A las 6 de la mañana ya está el pan caliente en la panadería de Juana, y casi todos los vecinos hacen cola para llevarse las exquisiteces para el desayuno. 
Emma siempre iba primera, se levantaba a las 5:30 de la mañana, regaba sus plantas y se bañaba para estar a las 6 en punto en la puerta del local. Era rutina. 

La casa de George quedaba enfrente de la panadería, y él, por la ventana, espiaba los movimientos barriales para sentirse parte, 
Esa mañana la vio a ella, radiante, hermosa, dueña de -para él- una belleza sublime. 

Fue soltero la mayor parte de su vida, nunca le salió convivir, o tal vez, nunca de enamoró lo suficiente cómo para eso.  

La pregunta le seguía rondando por la cabeza una y otra vez. Y al mismo tiempo, su cara, su cuerpo y la voz ronca a través del portero, todo le retumbaba el cerebro. ¿Qué esconde ese hombre?.

Hacía dos días que no lo veía salir de su casa. Pensó que tal vez sería una persona a la que no le gusta salir mucho o que tal vez se había enfermado. 
La duda era tan grande y la ansiedad tan infinita que decidió ir a tocarle el timbre. 

- hola señor, soy Emma, la vecina que lo invitó el otro día a la reunión, quería preguntarle si se encontraba bien, ya que hace dos días no lo veo salir de su casa- 

- Hola, bien, sólo que no soy de salir. gracias. 

Y colgó, otra vez colgó. 

Su madre le preguntaba siempre si tenía novia. La cara se le transformaba en todo aquello que ni el conocía. Odiaba esa pregunta con todo su ser. Odiaba a su madre con toda su alma. Por suerte se había muerto. 

No entendía nada, no entendía el misterio del hombre y eso la ponía triste, no sabia por qué, pero sentía que lo necesitaba cómo si fuese una de sus plantas, a ese punto. 
Y la preocupaba también, ¿Cómo podía sentir tanta necesidad de ver a una persona que no conocía? Estaba mareada, con ganas de que alguna señal le responda todas las preguntas de una buena vez. 

Estaba sólo en el mundo, ahora que su madre había muerto, aunque agradecía eso, ya no le quedaba nada. Nada por lo que preocuparse, ni pensar, sólo él y eso ya era mucho. 

No podía soportar el hecho de pensarla, de juntar la imagen de ella caminando suavemente a buscar el pan. Su voz distorsionada por el portero eléctrico. Su dulzura al preguntarle si se encontraba bien. Creaba una composición viviente, cómo si la imagen de su cuerpo, le gritaría sus preocupaciones para con él mirando a la ventana. Cómo si no existiese el espacio entre el local y la puerta de su casa, y cómo si el portero se extinguiría.
 Una imagen entera y casi real la que creaba con las piezas de la mujer. Una fantasía un tanto extraña, pero le gustaba. 

Esa tarde Emma encontró un sobre en el buzón. Era una carta con firma "George " 
Era de él. Decía que por favor no haga ruido con la podadora tan temprano, que no podía dormir. 
Se sorprendió, y aunque el pedido era desafortunado, se puso contenta. Una carta es romántica de todos modos, ya no le importaba qué decía. 
Sentía que esto la había acercado un poco más al misterioso muchacho. 

Le mandó la carta porque ya le conocía la voz, la silueta y su dulzura. Ahora anhelaba su letra. 
Quería todos sus detalles, y espero la respuesta ansioso, mientras escribía poemas de amor. 

escribió: 
George: Soy Emma, le pido disculpas, no volveré a podar el jardín tan temprano, es que a veces no puedo evitarlo. Amo mi jardín cómo a mi propia vida. Le dejo un cálido abrazo.  
Y dejo el sobre en el buzón, despacio y en silencio, porque si el la veía poniendo la carta en la puerta de su casa, iba a morirse de vergüenza. 

Bajó con ansias, la vio salir de su casa yendo directo a la suya, tardando 5 segundos en los que no la alcanzaba a ver, los mismos 5 segundos en qué tardó en animarse a dejar la carta. 
La observó retomar a su departamento. 
Agarró el papel, lo abrió agitado y lo leyó. 
Sintió un calor y una sensación extraña y bella cuándo la frase "Le dejo un cálido abrazo" se apoderó de su mente. Nunca ninguna mujer le había dado uno, y éste llegó tan real, tan sentido, que todo su cuerpo se aceleró como si ella seria cada una de las letras del escrito. 

No respondió. 

Sabía que no iba a contestarle, pero ya se sentía feliz. Era tanta la atracción que sentía por ese ser, que pensaba que en cualquier momento el iba a tocarle el timbre y se iban a abrazar al fin. Pensó si era amor o qué. 

Ya no aguantaba lo que el cuerpo le decía, ya le explotaba la mente, ya no lo sostenía. Sentía que tantas cosas inexplicables iban a hacerlo estallar. 
Ya tenía su imagen, su voz, su letra y su abrazo en forma de palabras. Cómo si fuese un rompecabezas, la armaba y la desarmaba en el orden que quería, y la pensaba, a veces entera, otras sólo su voz o sólo su cuerpo. Todo le parecía extraño. 

Ella se acuesta a las doce, casi siempre se duerme rápido, y cuándo le cuesta, se acuerda de lo que le decía su abuela: Qué cuando te agarra el insomnio es porque alguien te está pensando o soñando mucho. 
Esa noche alguien la estaba desvelando.
Cómo no le gustaba no poder dormir, tomó una de sus píldoras y al instante estaba sumergida en un profundo sueño. 
Soñó que a su árbol favorito no le crecían más las hojas y que se quedaba pelado para siempre. 

Esa noche iba a entrar por la ventana de ella. Se puso la ropa que más le gustaba. Bajó las escaleras rápido y agitado. Cruzó la calle. 
La ventana era baja y estaba un poco abierta. La persiana se encontraba bastante alta, lo suficiente cómo para hacer presión y abrirla. Lo hizo. 
Estaba todo oscuro. 
Lo primero que vio fue el reflejo de la dama en el colchón. Estaba tan cerca. 
Su cabeza era un laberinto sinuoso, lleno de preguntas, lleno de amor. A él no le gustaba el amor. 
Se acercó y vio que estaba sumida en un sueño demasiado profundo. 
De repente todos los retazos que tenía guardados de su existencia, todas las escenas que había filmado con sus ojos y todas las fotos que había logrado capturar con el alma se habían transformado en una pesadilla insostenible para su estructura. El corazón se le salía y no lo soportaba. 

Puso la mano en su bolsillo derecho. Llevaba la rama del primer árbol que había podado con su padre, era parte de su ser, siempre la tenía encima. 
Se le nubló todo pensamiento y la clavó en el pecho de la mujer. 
Se quedó contemplando cómo la sangre se derramaba a sus pies. 
Juntó las dos manos, y usándolas de cuenco, recogió un poco. 

Ahora ya tenía todas las piezas de ella, todos los detalles, toda la esencia. Una por una, había logrado juntar todas las piezas del rompecabezas. 

Caminó a su casa con las manos juntas, entró y regó su jardín. 



lunes, 11 de mayo de 2015

Cuándo el sol no brilla

Que ilusa cuándo creo que inhalando y exhalando se va a pasar esto. 
Las palabras se estancan acá, y sus incontrolables ganas por herir se sienten cerca, todo el tiempo. 
El huracán nunca será calmo mientras esté junto a lo contaminado. 
Aunque digan que es pasajero, aunque digan que se termina, el viento áspero y dañino persiste en el aire, cómo la niebla. 
Escucho voces en mi interior: respirá, cálmate, déjalo pasar.  
Y me digo: no es posible con la angustia, nada de eso es posible con la angustia. 
Y no me calmo. 
Cuándo duele el pecho por tener sentimientos atravesados no se puede hacer mucho. Y menos cuándo son cosas que quedan por decir y que no salen cuándo tienen que hacerlo, y te odias. 
Y no quiero que para todo tenga una respuesta, una excusa, una palabra, una  frase, y ninguna de esas sea buena. 
Sus mañas me ahogan cada vez un poco más, aunque lo escriba, aunque lo escupa, o lo quiera olvidar. 
Hay cosas que no se borran con nada, menos cuándo te logran marcar. 

lunes, 4 de mayo de 2015

superhéroes

Andas triste, y mágicamente aparecen esas almas suaves y hermosas, de la nada, con palabras creadas a la medida de todos tus problemas, para salvarte. Y ahí empezas a encontrarle el sentido a la tristeza, a valorar que para esos instantes de soledad e incertidumbre siempre van a surgir esos milagros hermosos que se hacen llamar "personas". 

Ya no quiero pensar que me siento sola, porque sé que cuándo terminé de pensarlo, ya está el sol brillando a mi lado.
Agradezco el vínculo bello que cree con algunos seres especiales, la telepatía y el poder de qué perciban cuándo el llanto se apodera de mi cuerpo. 
Y el poder mío, de percibir también, cuándo ellos sienten qué ya no pueden solos. 
Los héroes si existen. 


miércoles, 22 de abril de 2015

Lo desconocido

La última gotita de lluvia le golpeó el hombro suavemente. 
Coincidimos en tiempo y espacio, y capté el detalle cómo un león capta a su presa. 
Por impulso, por necesidad, por efecto de causa, toqué su hombro. 
Se dio vuelta y me clavó absolutamente toda su alma por todo mi cuerpo. 
Temblé, no entendí. 
Saqué mi mano rápidamente y salí corriendo con todas mis fuerzas, tratando de escapar de algo que no sabía que era ni por qué era. 

El árbol me daba sombra, me resguardaba del arduo calor del sol, y yo, ahí recostada mientras las hojas del otoño crujían debajo mío en cada pequeño movimiento. 
Pensé en él, (en él?) o en la cristalina gota de lluvia, o en su hombro. (Su hombro?) No sé bien en qué. No sabía a quién estaba pensando. 
Pero cualquiera que sea, cualquiera de esas tres cosas me gustaban mucho. Por un momento pensé que eran todas. Por un momento no quise nada. 
Me dormí un rato. 

Mis ojos se despegaron despacio después de dos o tres horas, me sentía cansada, pero con algo nuevo adentro, algo luminoso, no encontraba razón. 
El cielo estaba gris, el sol había desaparecido del todo y el árbol ya no me resguardaba de nada. 
Se largó a llover. 

Caminé por aquel caminito de pinos, el mismo por el que terminé acá, en el bosque. 
Me empapé, la niebla no me dejaba ver nada al rededor, pero seguí camino. 

Una luz despejó la bruma blanca y espesa,  de repente todo eso nuevo que tenía en mi interior se empezaba a mover, haciéndome cosquillas y dibujándome la sonrisa más sincera del universo. 
Apareció. él, el hombro húmedo, la gota de lluvia depositada en esa humedad y La integridad de mi ser. 
Me preguntó por qué había salido corriendo sin decir palabra.  
Le respondí que sentí miedo, mucho miedo, cuándo fui consciente qué estaba sintiendo por primera vez lo que era el amor real. 

Me respondió lo mismo.
Sentí cómo mi hombro se humedecía lentamente. 
Le sonreí. 


viernes, 10 de abril de 2015

Inconsciente

Nunca me detuve detalladamente en un abrazo. 
Siempre quise, pero nunca pude con él. 
Hay veces que me acuerdo que quiero hacerlo a los dos segundos de habernos soltado. 
¿Por qué me pasa ésto?, ¿Por qué mi cabeza no puede estar consciente justo en ese momento?. 
Retrocedo hacia un recuerdo bien guardado, el abrazo más lindo entre él y yo, el que menos pude capturar conscientemente, pero no sé cómo, habita en mi piel cómo si fuese mi noveno tatuaje, así de infinito y eterno. 
Entonces me detengo ahí, nuevamente y digo: No pensamos en abrazarnos, no lo planeamos, y menos de esa forma tan inexplicable. 
Lo que quisiera saber es cómo mi cuerpo retuvo esa sensación, si mi mente y mi alma estaban fundidas integramente adentro de él... Y yo tan inconsciente, tan inconsciente cómo una esponja. 
Si, eso, eso fui, una esponja que absorbe todo, cada latido y cada molécula suya, sin darme cuenta en lo más mínimo.
Y ahora comprendo todo. 
Y me detengo fijamente en mi tatuaje y en nuestra mirada al soltarnos, y en la no necesidad de la cabeza cuándo el corazón es el grabador perfecto. 
Nunca más voy a querer estar consciente , porque el día que pase, me voy a dar cuenta de que no amo más. 


domingo, 5 de abril de 2015

Puntos de vista

Mis piernas se quebraron cómo tus ojos al verme ir. 
Al mismo tiempo, los dos, cómo la ramita débil de un árbol. 
nos dejamos quebrar. 
nos dejamos morir.
Al unísono. 
Cómo si nos gustara. 
Qué ilusos.
Dos almas a las que no nos falta nada para brillar. 

Si pudiera volver unos capítulos atrás, no me iría, para que tus ojos no se quiebren y para que mis piernas sigan erguidas ante tus pupilas. 
No coincidiríamos en tiempo y espacio para vernos sufrir, porque seríamos fuertes cómo la raíz de un árbol. 
No nos derribaríamos por ninguna distancia.
No dejaría que exista una destrucción mutua al unísono. 
Lucharía por que nos gustemos mucho mas. 
Te mostraría que nos sobran motivos para brillar. 

Es cuestión de cambiar las palabras de lugar. 

viernes, 3 de abril de 2015

3 de Abril

Hoy quiero decirte tantas cosas que estoy como ahogada. 
Quiero decirte y pensarte.
Pensarte, y ahí, mientras estás latente en mi pensamiento, decirte. 
Tantas cosas. 
Tantas.
No sé bien qué. 
Pero sé que el corazón se siente acelerado, cómo si quisiera saltar y decir por mí. 
Ojalá pudiera hacerlo.
Ojalá pudiera mandarlo a él a que te cuente lo que le pasa cuándo te pienso. 
No sé que haría si te tuviera en éste momento en frente mío. 
No sé cuál de mis átomos se desprendería primero para unirse a vos. 
Me da miedo pensar en mis torpes movimientos en tu presencia. 
En mis sonrisas desquiciadas. 
En mi alegría efusiva y sincera. 
En mí. 
A veces tengo miedo de que yo te cause miedo. 
Pero se me pasa. 
Se me pasa cuándo te veo sonreír, y con los ojos me decís, que esa locura que sabés que me despertás, te gusta. 
Y mucho, mucho más de lo que pienso. 

martes, 31 de marzo de 2015

La magia de lo escaso • Por @BreenHeredia

Cuándo lo leí no dude ni medio segundo en publicarlo en mi blog. Es un texto que al instante logró tocarme lo más profundo del alma, logró eso qué, para mí, es algo completamente maravilloso: hacerme latir fuerte el corazón.  



"No creo que no me quiera porque no estamos en contacto a menudo, o porque no me llama, o no me escribe. Quizás, nuestro cariño es un poco más liberal. Elegimos quedarnos con la magia del momento. Dejamos en manos del azar el volver a vernos, y nada se lleva a cabo por planes. Sin el apego mútuo que, muchas veces, acaba dejando pedazos de algún órgano vital. 
Me quiere con el alma. (Puedo notarlo en las casi nulas, pero reales oportunidades).
 Y yo la quiero. 
Yo también la quiero." 


Brenda Heredia 

Vos para mí

Un millón de preguntas que se destruyen en ese momento precioso, dónde te dejas al desnudo, descifrable, sin palabras tuyas, todas para mí.
Y recorro tu geografía cómo a un océano, sin conocer tu fin, con la estupenda sensación de saberte entero, para siempre, para mí. 
Nunca creí tanto en algo cómo cuándo te descubrí cómo a un ínfimo detalle, entre tantos iguales. 
Te conservo calmo y brillante cómo aquel que acaba de conocer su primer amanecer. 


viernes, 13 de marzo de 2015

Naturaleza de mujer

Cuándo hablo de las mujeres me dirijo a "ellas",y no a "Nosotras".
Hoy durante una charla con una amiga me pregunté por qué las dos hablábamos igual de "ellas, las mujeres" y no de "nosotras, las mujeres"...
Y ahora me respondo: Hay distintos grupos que hacen que me separe de la especie un poco, porque al que pertenezco es mínimo.
Están las que hablan todo el día de maquillaje, de ropa, de moda, de si les queda bien o mal el pantalón.
Las que no pueden vivir sin un novio.
Las que se deprimen por todo y viven llorando porque las dejaron.
Las envidiosas que sólo sirven para hablar mal de los demás.
Las malas, Las que parece que nacieron de un árbol y no de una mujer.
Las que les importa el gimnasio y nada más.
Las que no pueden estar sin salir porque se mueren.
Las que son celosas de todo.
Las que sólo piensan en llenar el placard...
Y las que reúnen todas esas cosas.
Me pregunto si no se cansan de tener una careta puesta todo el día, (porque aunque lo nieguen, y se hagan las qué les gusta vivir así, se mueren por sacarse tantos pesos de encima)
Me pregunto si tantas cosas básicas pueden llegar a ganarle a tantas cosas libres y lindas cómo estar sin maquillaje, en zapatillas, cómodas, tirarse al pasto a tomar mate, caminar descalza, mirar la luna escuchando música, escribir un rato, leer un buen libro, tirarse a la pileta sin importar que se moje el pelo, ir al teatro, disfrutar del cine, cocinarse para una misma, agradecer la vida, abrazar sin falsedad, querer sin envidiar y amar sin esperar nada a cambio...
A ese grupo pertenezco, al grupo de las mujeres sin disfraces, al de las mujeres naturales, que nos gusta vivir sin presiones ni prototipos, ni normas, ni reglas.
Fuertes, femeninas, amantes de nuestro género, pero libres del  "deber ser"
El mundo necesita que vivamos cómo realmente queremos y no cómo dicen que debemos ser.

miércoles, 25 de febrero de 2015

PD:

Hay algo en mi campera de invierno que te pertenece. Hoy hizo frío, y cuándo metí la mano en el bolsillo la encontré.
Fue un sentimiento que plasmé ese día que pensé desarmarte de un abrazo, pero no pudo ser.
Fue triste, sí, pero después me arreglaste un poco con tus palabras, porque vos sabes ordenar bien el alfabeto cuándo tenes que armar frases para mí. Entonces pasó y la carta quedó en mi campera de invierno, y quedará ahí, hasta que el universo nos cruce alguno de éstos días fríos y yo revuelva el bolsillo para que todas esas palabras revivan entre nosotros.
PD: la carta habla de que todo pasa a su tiempo.

lunes, 23 de febrero de 2015

Natural ser

Cambia la estación y nos desprendemos.
Por que solemos tener las mismas acciones que la naturaleza?
Se va alguien, se cae una hoja, y veo cómo se seca y el viento la mueve de un lado a otro sin parar.
Así nos sentimos nosotros cuándo tenemos que desprendernos? Así de indefensos? Así de vulnerables?.
Sí.
Cómo cuándo florece una flor y nace una sonrisa.
Cómo cuándo el mar está frío y lo sentimos con todos los huesos.
Así, al compás, así de exacta es la naturaleza fusionada con el ser humano.

domingo, 15 de febrero de 2015

Tatuaje

Una belleza que entra en mis pupilas cómo el día en que nos descubrimos, el mismo día que me enamoré de tu alma.
El alma que embellece los alrededores oscuros, Que se nutre día a día con el sol, con el perfume de una flor, con el infinito amor existencial.
Hoy te observé y descubrí cómo pasó el tiempo.
Hoy busqué en tus ojos si algo se había desordenado.
Hoy te ví a través de ésta pequeña ventana y me mostraste que sos más bello aún.
Que te adueñas de cada una de éstas letras cuándo releo y te pienso.
Que sos luz, más luz que cualquier instante.
Y no me quedan excusas para pelear con el tiempo, ni con la distancia, ni con nada, porque tu alma es mi tatuaje, desde aquel día.

sábado, 7 de febrero de 2015

Caminos

Hacía varios días venía pensando en esa ruta que tanto miedo le daba tomar. En esa curva desconocida, que sabía, en muchas ocaciones iba a causarle dolor.
Con el corazón latiendo y el cuerpo temblando durante muchas noches, pensaba y meditaba, se mojaba con lágrimas de esas saladas y espesas, las que dejan la cara tensa hasta que decidis que ya no querés más noches sin cerrar los ojos.
Entonces salió el sol de la mañana, radiante, naranja, hermoso, y se miró al espejo sonriendo.
"Éste soy yo y los cambios no tienen que ser miedo, tienen que ser la puerta a lo grande, la puerta a los lugares más bellos".
Abrió la canilla y se lavó los restos de lágrimas de los días pasados con el agua cristalina.
Tomó la ruta.

miércoles, 4 de febrero de 2015

4/02/2015

Siempre me encantó ese lugar tan tuyo, tan mío, tan nuestro. Tal vez te preguntarás de que lugar te hablo... Es que no sé cómo describirtelo.
A ver, podría ser así: Me gusta cuándo en invierno, toco tus brazos y escucho suavemente: "¿Tenés frío?, tenes las manos frías". También cuándo me miras fijo mientras caminamos, vos con tu cabeza inclinada, con tu sonrisa tan luz, y ese silencio tuyo en medio de tantas palabras mías...
Es difícil decirlo por acá, no sé, y si me pongo a pensar mucho no se me ocurren tantas cosas, pero de repente te siento y vuelven todas tus sensaciones juntas. Algo así cómo magia, cómo cuándo te convertiste en papel de calcar y sentiste todos mis latidos, todos mis latidos tuyos. Y así millones de cosas, millones de mundos, sólo vos y yo, cómo quiero que sea siempre.
Si pudiera transformarme en un sello, marcaría toda mi memoria con tus átomos.

domingo, 1 de febrero de 2015

Niño

Es mi niño color, el que me roba una canción todas las noches.

Es mi niño marrón, el que me roza el corazón sin reproches.

Es mi niño puro, el que ilumina lo oscuro.

Es mi niño suave, que sin preguntar ya todo lo sabe.

Es mi niño amor, el que encendió nuestro motor.

Es mi niño luminoso, el que espero siempre en mi sueño borroso. 

sábado, 31 de enero de 2015

De raíz

Me debilito. caigo. Lloro. Me abrazan. Paro. Me seco. Me enderezo. Me reconstruyo. Simulo tener huesos.  Camino. Sigo caminando.
Pasan las horas.
Me acuesto y cada uno de mis huesos calcan su forma en el colchón.
¿estoy entera?
No lo creo.
Hoy me despedace cómo una galletita de manteca, pero no me preguntes cómo, me uní otra vez.
Calculo que así funciono, construyéndome después de las catástrofes emocionales, todo el tiempo.
Soy peso muerto, soy aire, soy todo lo que no es.
Pero mi raíz de vez en cuando se riega, con una sonrisa, con un abrazo, con un latido de corazón. Y ahí es cuándo me acuerdo que vivo, que siento, que soy, Que mis pies son parte de la tierra.
Siempre espero que el alma que sabe alimentar la raíz aparezca y no desaparezca nunca más.

lunes, 26 de enero de 2015

Nudo

Se enredó cómo las plantas de su jardín.
Llora mientras observa su paisaje.
No comprende sus nudos mentales.
De a ratos toma consciencia y piensa.
De a poco admite que su mente está girando.
No soporta los ruidos, ni las voces.
Se siente moribundo. Tiembla. Llora.
Sigue sin comprender.
Su vida es un torbellino de sucesos que conscientemente nunca deseó.
Su vida es un rejunte de todos los deseos que, sin realmente quererlo, se le hicieron realidad.
Su inconsciencia lo quiso.
Su cabeza trenzó los sueños paralelos, esos que nunca fueron anhelados de verdad.
Se encuentra enredado aún, en su propio túnel.
No soportó que sus pensamientos hayan trascendido la barrera mental.
Se desenredó.

domingo, 18 de enero de 2015

Hoy no

Hoy éste lugar me ahoga.
Hoy éste aire no me hace respirar.
Hoy ésta atmósfera me aplasta la cabeza.
No quiero ver almas desconocidas, (tampoco conocidas, pero mejor loco conocido...)
No quiero recibir mensajes con pedidos que cuándo los leo suenan con tonito siempre feliz, pero que sé que son lo más vacío que existe.
No soporto la idea de tener que poner linda cara cuándo ellos quieren, y cuándo la única cara que me queda cómoda y que no me duele es la de culo.
Hoy quiero estar mal.
Hoy no quiero, simplemente no quiero.
Pero no puedo no querer.
Que espanto horroroso cuándo te ves obligado a no poder no querer.

viernes, 16 de enero de 2015

Volar

Volví. Fueron 3 días en los que respiré todo lo que no respiré en un año completo, en el que estuve demasiado asfixiada. Me di cuenta de eso cuándo llegué a ese lugar que tanto me inspira y tanto me eleva.
Alcé mis ojos al cielo, respiré hondo y sentí que todo el aire que me habían robado me lo devolvían después de mucho tiempo.
Me tiré en una silla, cerré los ojos mientras preparaban mate y dejé que todo el sol me pegue en la cara, y en mi cabeza pasaban tantas cosas, tantas de estás palabras que jamás entrarían acá.
Entendí lo necesario de respirar un aire distinto, de permitirse un poco de belleza aunque la cabeza no esté bien. Entendí la maravilla de dejar que la mente vuele a cualquier lugar con silencio de fondo, entendí todo lo que me faltaba entender.
Cuándo me escapo, me escapo.
Mi alma, mi mente, mi cuerpo, mi corazón, conmigo.
Sentí que todos mis sentidos funcionaban bien. Que uno empujaba al otro, y el otro al otro y así, creando una melodía que me hacía muy bien, demasiado bien.
El aire fresco, el olor a energía, el agua pura, el cielo hecho estrella. Todo cuadra cuándo se está bien, y uno termina siendo el marco de un cuadro hermoso, pintado con nuestros colores favoritos.
Y creo que todo me parece lindo cuándo comprendo que soy mi propio motor, que mi cuerpo es mi transporte. Que mis ojos son mi guía. Que mis manos crean. Que mi nariz respira lo que quiero y que mis oídos escuchan música.
Ésta vez volé pocos días, y aunque ya aterrize acá, nunca más pienso dejar de volar así, libre.

jueves, 8 de enero de 2015

Títeres

¿Por qué hay que sufrir si no queremos sufrir?, ¿Por qué somos tan cagones con las decisiones que debemos tomar?, ¿Por qué le tenemos tanto miedo a ese salto para ser felices?. ¿Por qué le hacemos tanto caso a los "No se puede"?.
Sabemos que hay pasos qué, sin duda, son para que realmente seamos felices. Entonces, ¿Por qué aparece el miedo a soltar?, ¿Que nos pasa?, ¿Tan masoquistas somos?.
Sabemos perfectamente que la puerta está abierta lista para entrar y no lo hacemos, ¿Quién nos manda?, ¿Por qué no hacemos lo que queremos hacer?, ¿Por qué no nos escuchamos nunca?.
No hay nadie en éste universo que nos conozca más, que nos entienda y nos acompañe, que nosotros mismos. ¿Por qué buscamos siempre las respuestas en los demás?.
A veces me gustaría auto mutirlarme por tomar decisiones de mierda. Pero ahí me acuerdo que fue por ser un títere de otra persona. Qué escuché a otro y que me engañé yo, violando mis propias ideas y conclusiones.
Pero está bien, me lo merecía. Todos nos merecemos un golpe, un tropiezo a tiempo. O mejor dicho, un despertar, porque creo que no escucharnos es tener el interior dormido, o algo así que no nos permite conectarnos con nuestro ser.
Está bueno despertar. Lo descubrí. Escucharme y tomar mis propios caminos, y si caigo, que sea por mi error, no por el del otro.
Pero estoy segura que es algo que se va dando... Nadie despierta de la nada, siempre se necesitan pequeños golpecitos que nos van abriendo poco a poco los ojos de nuestro interior, para empezar a oirnos, aunque sea con voz suave al principio, pero empezar a sentirnos, hasta creernos completamente.

jueves, 1 de enero de 2015

Almas enamorando el final

Quien diría que el tiempo pasa tan rápido, no?
Ayer, 31 de diciembre, último día del 2014... Se disfrutó... Medio que esperaba el cierre de ese año, aunque hubo muchas cosas que guardé en mi alma, pero también hubo de esas que dan ganas de tirar.
Al principio afirme que todas las horas que constituían el día eran una verdadera mierda, después de un rato fueron un poco peor.
Tal vez porque hay que bancarse cosas que  aunque uno ya está acostumbrado, no las esperas pasar justo en esas fechas que tanto esperamos, porque nos hicieron creer que es la forma de arrancar un comienzo... En fin, todas hipótesis.
Mi cara en resumen: la de Uma Thurman en plena escena de Kill Bill, (elegí vos la que más te guste, en todas es el mismo fin...).
Me pesaba ese clima tan molesto, ese que odio tanto sentir.
Es horrible pensar que eso no se va a revertir, me torturaba la mente, me golpeaba lento.
Las horas pasaron, serví un poco de comida en un plato y comí con ella. Los murmullos por detrás.
Trague todo cómo pude, empujándolo con un poco de odio y tragando las miserias que entraban por mis oídos.
Menos mal que tocaron el timbre. A ellos ya los conocía, copados, buena onda... Estaba bueno saber que elegían éste lugar para pasar el evento, les Sonreí un poco.
Verdaderamente no tenía muchas ganas de nada, pero de repente sentí cómo una energía que no sé de dónde salió, me olvidé de las horas anteriores y se puede decir que fué una especie de nuevo nacimiento.  De repente, un nuevo aire.
Miles de idiomas mezclados en el marco de una noche, y yo intentando cómo un cavernícola, entender todo. Fue divertido. 
Me hice unos amigos brasileños que después de 20 minutos de charla me invitaron a su casa, con la frase: "lo único que tienen que pagar es el pasaje!!!" guauuuuuu, no sabía que podía ser tan maravillosa la gente que no sabes que te vas a encontrar.
Hay almas que deberían quedarse para siempre en uno, y no que duren sólo un buen momento... (Reflexión momentánea).
Bueno, siguieron entrando seres extraños, con sonrisas ,con penas, con alcohol en sangre, de todo.
Es increíble absorber tantas historias distintas, y ver cómo se mezclan con la de uno mismo, creando entre todos un gran universo.
Muchas veces me quejé porque decía que no se podía pasar un año nuevo sin las personas que nos acompañan todo el año, pero resultó ser tan maravilloso cómo tal.
Me di cuenta que el tiempo es absolutamente relativo, que un año puede ser igual a un día, y un día igual a un año. Que tal vez, una persona te invite a su casa después de 3 meses de hablarse, y tal vez otra te invite a los 10 minutos, porque existe un vínculo instantáneo entre éstos últimos, otra confianza, y ahí está la clave... Los vínculos que tienen que ser, serán en microsegundos o en años, pero serán. Y fue una de las grandes enseñanzas de éste final con olor a principio.
La noche término sonriendo y ni hablemos de  pensar en cómo habia empezado.
Todo cambia, todo se transforma, todo pasa.
Último detalle: a las 00.00 brindé por vos.