miércoles, 29 de octubre de 2014

Historias escritas

Llevo en mi memoria, cómo un tatuaje, los cuentos que escribía de chica, a los nueve o diez años.
Agarraba una hoja rivadavia, esas de cuaderno de colegio, la arrancaba, una Bic azul trazaba el título en el medio y empezaba...
Mi mente volaba a lugares fantásticos.
Si lograba escribir una carilla entera, me sentía inmensa y sonreía por el logro de que mi mano había soportado escribir "tanto".
Siempre en las historias existían los dragones, las princesas y los castillos enormes, a veces todos  juntos y otras veces todos los personajes por separado en distintos cuentos.
Cuándo terminaba uno, corria a mostrarselo a mi abuela o a mi mamá, y esperaba con ansias las felicitaciones de ambas, era una alegría.

Hoy me acuerdo de ésto y es un tesoro casi mágico. Me encantaría encontrar esas hojas y espiar las historias que creaba en mi cabeza en esos tiempos.
En un punto me emociona y agradezco no haber perdido esa esencia y ese inexplicable amor por expresarme, por volcar todos mis sueños, mis fantasías, mis miedos y mis recuerdos en un papel.
Celebro el disfrutar ésto y aprender cada día un poco más de la vida para seguir compartiendo al universo pedacitos de mi mente, y que, en un papel, o en éste mismo blog queden suspendidas en el tiempo tantas sensaciones.
Sé que escribo sin ningún fin, sin ningún por qué, sólo por placer propio, por eso tan lindo y especial que me genera el juntar palabras y crear pequeños mundos.
Por un mimo al alma, porque es una cita conmigo y porque me es inevitable, escribo.

lunes, 27 de octubre de 2014

Regalo universal

El latido inmóvil de una risa sin fin.
Se intuía amarrado a un hilo semi invisible del alma.
Era suave, era amor, era esperanza.
Sigiloso, silencioso, regalo universal.
El cosmos invitaba a creer en algo más, y yo amaba más.
Melodías cantadas por los atardeceres, que te hacían volar, que nos hacían volar a un bello abismo abismal.
En la intensa eternidad de vos, dónde te encontré, ahí vivo.
En tu eufemismo.

jueves, 23 de octubre de 2014

Otro lugar

Era cómo una linda ventana, de esas que las abrís y aparece el cielo, o el infierno, o un bosque, o un aroma, o algo.
Lo recordé porque es bello y porque cuándo las abro me gusta ver cosas que me expandan.
A veces se me crea un gran fuego caliente, cierro todo y me encierro en mi mente por un par de instantes y nada más. Después vuelvo.
Otras veces me fascina respirar los árboles con sus ramas y sus raíces que apenas se asoman por ahí, por la cornisa.
Existen sombras y luces que me calan la piel, y muchos sueños en blanco y negro con vos, sobreviviendo adentro de algún rayo del sol.
Ese lugar es cálido y es el que más me gustó de todas las veces que abrí una ventana.

martes, 21 de octubre de 2014

Utopías

A veces no te puedo ver porque te entretenes con palabras paganas que te quieren convencer, y también con los cielos artificiales repletos de brillantina plateada, qué de vez en cuándo te cumple los deseos.
Pero cuándo no te veo te busco.
Ayer te encontré en un pedazo de algodón con forma de nube. Te apretuje y te enbebí en un dulce almíbar. Por un rato fuiste un copo de azúcar.
Hace un rato iba caminando por la calle y apareciste en una pared amarilla, eras letras todas juntas de colores, eras un cartel que decía "Luz, amor", y cuándo te vi fuí color.
El otro día estabas en el interior de una sandía. Eras una semilla qué me miraba y se reía. Me hiciste compañía.
Así te encuentro en la cotidianidad, soles ser lo más lindo, cómo una mariposa, cómo una rosa, cómo la luna más hermosa, o cómo un globo con forma de elefante.
Siempre lo más hermoso, siempre lo más brillante.

Ensueño

Está de espaldas sentado frente a mí.
No me ve, pero yo sí.
Veo sus ojos del color de las rocas reflejados en el mar. De repente me llene de una sensación que nunca había sentido.

Está quieto, y con la mirada puesta en un punto fijo, puedo percibir su sonrisa y sus ojos brillosos.
Mi corazón cada vez se acelera más, pero intento calmarlo, no quiero que me escuche. No lo puedo evitar.
Tiene una remera que se funde con el cielo, creo que si la toco debe tener la consistencia de las nubes, estoy segura.
Su mano derecha se desplaza hacía el lado izquierdo, tomó un poco de arena y la tiró al mar. Sentí que pidió un deseo, desee que fuera yo.

Una ráfaga de viento me trajo su perfume sin pedir permiso. Más suave, más dulce qué toda la miel del mundo. Lo respiré.
Anochese, Sigue ahí repleto de esa infinidad.
Yo acá, con el destino a un paso.

No quiero que me vea, quiero que me sienta.

Cerre los ojos, respire profundo y todo el cielo entró por mis poros. Soy pura. siento cómo me fundo en la naturaleza y me voy creando en su mirada, en su paisaje, en sus sueños.

Me está contemplando, suspira, sonríe y susurra al fin: "Belleza" moviendo suavemente sus labios.

Pero nunca se dió vuelta, nunca lo hizo.
Simplemente, me transforme en eso que él contemplaba con tanta emoción.

Nos dormimos.

sábado, 18 de octubre de 2014

Pájaros

Aquella imagen era la polaroid de un momento no convencional.
Sonreí mirando fijo ese detalle que por dentro me hacía vibrar.
¿Acaso toda su integridad está compuesta por átomos de alegría? Eso parecía, y eso me transmitía.
Camina cómo un pájaro, tiene el camino trazado, o por lo menos eso busca demostrar.
Va y vuelve cómo un boomerang, siempre cayendo en éste mismo lugar. Pero me encanta verlo volar de nuevo hasta acá, me encantan sus brillos y su paz.

Un alma inquieta invisible para la sociedad, un anónimo de corazón, que le gustó sobresalir de algún modo, y de algún otro modo se arrepiente de no haber sido un esquís para siempre.
Cómo mosca, cómo ícaro, cómo siempre, flotando por el cielo  siguiendo la dirección del viento.  
Con su capucha y su andar, el solito se eleva, siempre se eleva, y en cada respiración se nutre de naturaleza, en cada paso se llena de belleza, y así va creciendo, se va expandiendo.

Y yo lo voy sintiendo llegar.
Sigo sus vuelos cuidadosamente, lentamente, lo respiro para contagiarme de tanta inmensidad.

Dos pájaros rompiendo una irrealidad.

viernes, 10 de octubre de 2014

Noches rotas

Almas inquietas, voces escondidas silenciosas, historias diluidas en un vaso de alcohol. Cristales rotos inmersos en la oscuridad, caras borrosas con miradas perdidas.

Un bar, una calle, un ser, y mil vidas en una.
La soledad pisa, invade.
Camina sin rumbo hacía lo desconocido, bajo los efectos tóxicos de una noche desequilibrada.
Sus ojos se pasean con olor a disturbio, a miedo encerrado y a una historia que intenta quemar.
Se refugia en ese vaso repleto de líquido que dice ser la salida y la cura a la soledad, ese líquido que dice ser compañía.

Sigue caminando, percibe callejones sin salida y andenes perdidos, va en busca de un hilo de luz que lo ayude a escapar de ese eterno sentimiento interno, que le golpea cada célula y le martilla cada órgano sigilosamente.

Se cansó de andar por la nada, se sentó en el umbral y apoyó sus pies en los duros adoquines.
Mira pasar el tiempo que se funde en el viento.
Sintió en carne viva la propia muerte en vida y olfateo infiernos mezclados con cielos.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Sin vuelta atrás

Un suave y bajito silbido bajo la luna.
Eso era esa noche de cielo despejado.
Caminaba lento con la cabeza baja, cigarrillo en la mano y capucha. Lo único que le podía ver era la pera, el humo que volaba por encima de su cabeza y su andar tan entrañable.
Así y todo, sin conocimiento alguno, sabía que se trataba de él.

Sentí cómo toda mi alma temblaba ante tanta incertidumbre.
Sentí que flotaba, sentí que me desarmaba lentamente.
Cuánto más cerca lo veía, cuánto más se acercaba, más sensaciones inexplicables me invadian.
Nunca había sentido tantas emociones juntas, nunca hasta que llegó ese día.

Fueron meses interminables de soñar, de pensar, de no dormir. Los recuerdo, los siento, aunque ésto fué hace bastante.
Me imagine cosas hermosas y también no tan hermosas.
Filme millones de películas en mi mente con pocos protagonistas. Me hablé mucho, muchísimo, cómo nunca antes.
Enloquecí varias cabezas, y también enloquecieron la mía con sus rotundos "NO", típicos de la gente que no sueña nada.
Nada me importó, nada me freno.

Dicen que si creas lindas cosas te pasan cosas lindas, y que sí das amor, las únicas personas que pueden llegar a tu vida siempre van a venir con amor.
Eso me lo inculco una mujer a la cuál quiero mucho y la qué me enseñó, entre otras cosas, que los pequeños regalos de la vida son infinitamente gigantes.

A ella le creí más aún cuándo aquella noche dónde el verano quería despedirse, el amor dejó de llamarse así y lo empecé a llamar "él".

Todavía tiemblo esas sensaciones, y en cada partícula de la memoria tengo tatuados los abrazos, las miradas, las risas, y su ser.

Levantó la cabeza, tiró el cigarrillo y le conocí los ojos. La luna nos silbaba bajito.
Dos sonrisas partieron el adoquín, y un abrazo cruzó toda frontera existente.

No existió vuelta atrás desde aquel instante. 

viernes, 3 de octubre de 2014

Tu sensación

Hoy me desperté sintiéndote, y creo qué no hubo sanación más bella para mi ser.

No sé si te soñé o simplemente me pensaste y te intuí, cómo intuye el océano cuádo se acerca un cálido viento.

Tengo la dulce idea de qué hace un rato nos abrazamos en un suave abismo. Eso me ronda en el pecho.

Siento la seda de tus brazos rodeando mi mente y tu
corazón latiendo a mi lado.

Un buen día sos vos, si me despierto con tu sensación.
Un buen día lo construyo mientras cierro los ojos y espío tus colores radiantes.

Ahora siembro flores en mí jardín para los dos, para cuándo despierte ante tu alma y sus aromas nos envuelvan, para sentirnos vivos y libres.

No sé si fué un sueño o qué fué, pero te quedaste, sé que te quedaste.