Un racimo de esbeltas palabras las que rondaban por el cielo.
Respiró una atmósfera devoradora con sabor a lo más incierto y desconocido.
Se hundió por algunos mares de colores indefinidos, dónde nunca se encontró y nunca se perdió, simplemente jamás fue conciente. Recorrió la selva de lo indeseable, las ramas le rayaron hasta la capa más profunda de su ser.
Se ahogó por las profundidades de todo aquello que le quemaba el alma, de todo aquello que no podía ser.
Pensó cómo cuándo la vida y la muerte están separadas por tan sólo un suspiro, y por algún fin de la existencia, resurgió entre la maleza muerta de sus jardines ya agotados.
Renació por aquella estrella prometedora de paraísos.
Se fugó.
Escribir es un sutil modo de no cargar con tantas cosas sola, es cómo un "me pasa a mí, pero toma, te comparto un poco de mi mierda y de mis alegrías". Me gustó darme cuenta de eso, y con ésta razón y porque me gusta expresarme, acá estoy con un nuevo espacio dónde les voy a mostrar un poco más allá de lo que se ve. Bienvenidos a mi mundo
miércoles, 26 de noviembre de 2014
Renacer
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