sábado, 18 de octubre de 2014

Pájaros

Aquella imagen era la polaroid de un momento no convencional.
Sonreí mirando fijo ese detalle que por dentro me hacía vibrar.
¿Acaso toda su integridad está compuesta por átomos de alegría? Eso parecía, y eso me transmitía.
Camina cómo un pájaro, tiene el camino trazado, o por lo menos eso busca demostrar.
Va y vuelve cómo un boomerang, siempre cayendo en éste mismo lugar. Pero me encanta verlo volar de nuevo hasta acá, me encantan sus brillos y su paz.

Un alma inquieta invisible para la sociedad, un anónimo de corazón, que le gustó sobresalir de algún modo, y de algún otro modo se arrepiente de no haber sido un esquís para siempre.
Cómo mosca, cómo ícaro, cómo siempre, flotando por el cielo  siguiendo la dirección del viento.  
Con su capucha y su andar, el solito se eleva, siempre se eleva, y en cada respiración se nutre de naturaleza, en cada paso se llena de belleza, y así va creciendo, se va expandiendo.

Y yo lo voy sintiendo llegar.
Sigo sus vuelos cuidadosamente, lentamente, lo respiro para contagiarme de tanta inmensidad.

Dos pájaros rompiendo una irrealidad.

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