martes, 21 de octubre de 2014

Ensueño

Está de espaldas sentado frente a mí.
No me ve, pero yo sí.
Veo sus ojos del color de las rocas reflejados en el mar. De repente me llene de una sensación que nunca había sentido.

Está quieto, y con la mirada puesta en un punto fijo, puedo percibir su sonrisa y sus ojos brillosos.
Mi corazón cada vez se acelera más, pero intento calmarlo, no quiero que me escuche. No lo puedo evitar.
Tiene una remera que se funde con el cielo, creo que si la toco debe tener la consistencia de las nubes, estoy segura.
Su mano derecha se desplaza hacía el lado izquierdo, tomó un poco de arena y la tiró al mar. Sentí que pidió un deseo, desee que fuera yo.

Una ráfaga de viento me trajo su perfume sin pedir permiso. Más suave, más dulce qué toda la miel del mundo. Lo respiré.
Anochese, Sigue ahí repleto de esa infinidad.
Yo acá, con el destino a un paso.

No quiero que me vea, quiero que me sienta.

Cerre los ojos, respire profundo y todo el cielo entró por mis poros. Soy pura. siento cómo me fundo en la naturaleza y me voy creando en su mirada, en su paisaje, en sus sueños.

Me está contemplando, suspira, sonríe y susurra al fin: "Belleza" moviendo suavemente sus labios.

Pero nunca se dió vuelta, nunca lo hizo.
Simplemente, me transforme en eso que él contemplaba con tanta emoción.

Nos dormimos.

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