viernes, 26 de septiembre de 2014

Tiempo

Pude comprender que hay poderes más fuertes que cualquier decisión.
Me di cuenta que lo único real es el tiempo, que no pasará nada de lo que esté en nuestra mente sin qué el tiempo diga cuándo debe ser. Que aunque parezca eterna la espera, siempre, en algún momento, el suceso existe.
Que si perduramos y lo enfrentamos con paciencia, nos recompensa con rapidez.
Va en contra de todo, pisando todo plan, intentando destruir toda ilusión.
Hay que comprender que jamás vamos a ganarle al tiempo, que quizá sea una de las fuerzas más poderosas después del amor, de esas fuerzas que nada ni nadie  puede atrasar o adelantar, la que siempre va a enojarnos o a darnos satisfacciones, si es que somos pacientes con el corazón.
Podemos correr para llegar a un lugar antes de que sea tarde, pero no intentes apaurarte si el tiempo instala trabas para no poder llegar. Nadie, nunca va a poder correrlo, si no, que aquella fuerza, siempre nos correra a nosotros, siempre queriendo ganarnos.
La clave está en no seguir intentando desafiarlo, siempre terminariamos perdiendo.
Intentar comprender que todo ocurrirá en el momento justo, ni más ni menos, siempre en la exactitud.
Dejar que todo fluya, y entender, que si no llegó aún, es porque no está lo suficientemente preparado para suceder.
Todos nuestros sueños, anhelos y deseos, una vez que los instalamos en nuestra mente, automáticamente quedan escritos en la línea del tiempo. Queda en nosotros esperarlos o no.

Sólo sé que hoy, falta mucho menos que ayer.

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