miércoles, 10 de septiembre de 2014

Un día igual

Es miércoles y estoy sentada en la vereda, esa vereda de siempre, la qué me invita a pensar y a crear todo aquello qué vivía en mi mente. El sol está fuerte y traspasa mi ropa, creo que si me miraría las piernas estarían rojas, realmente se siente.
Está todo calmo, veo los autos pasar, las personas pasar, los conocidos que rondan y saludan con un cálido beso. Se está acercando la primavera, y cuándo se está acercando siempre los humores cotidianos son más amables que en el invierno.
Suspiré, observaba todas las almas que flotaban por ahí, una loca haciendo fuck you caminando por la calle. La vecina que saluda mil veces por día y el vecino que vive en su mambo, y la moto de David que la sube a 150 km por hora.
Todo pasaba en éste instante, éste que no volverá jamás, y aunque eran cosas que tal vez pasaban todos los días, nunca eran iguales , siempre algún detalle marcaba la diferencia y cada instante se convertia en único.
Me da intriga pensar en todo aquello que pasa dentro de cada alma qué se me acerca, y que esconden todo aquello en un "Hola, cómo estás?" "Bien, vos?" bien. Y ahí termina, y ahí se escupe la más grande mentira del universo. Claro, nadie se detendría a contar que está mal, eso traería horas de explicación, y un "todo bien" se expresaba en un microsegundo y se esfuma por el aire al momento.
Pasaba todo acá, mis pensamientos mientras todos hablan encima dé, y no se cuentan lo que pasa en el corazón.
Sigo acá sentada, el sol sigue, pero me acostumbre a su Calor.
Todo ésto es lo que pasa en mi interior, mientras sigo el juego de todos, mientras respondo "Todo bien" a cualquier pregunta, y mientras no cuento ésto que pasa en mi interior, porque nadie se detendria a escucharme con atención, por eso mismo lo cuento acá, dónde no existen las preguntas ni las respuestas, dónde me siento realmente libre y dónde el qué esté leyendo ésto, es el que realmente está dispuesto a escucharme.

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